martes, 20 de enero de 2015

LO QUE ENGORDAN SON LAS EMOCIONES



 Eduardo H. Grecco

La gordura, más allá de los factores endócrinos, hereditarios y de alimentación, es siempre una cuestión emocional
Alguna vez Ud. paso por la rejilla de una dieta. Seguramente, cada uno ...de los lectores habrá hecho, en algún momento, el régimen de la luna, del astronauta, la dieta disociada, la china, la de frutas y verduras o alguna de las miles de variantes que prometen un rápido descenso de peso y el nunca más recuperarlo.
Los resultados son los mismos. Siempre se vuelve al primer amor. Y esto sucede porque es necesario atacar las raíces últimas de la gordura que residen invariablemente en el mundo emocional. y no hay dieta que pueda transformar las emociones.

¿Cómo es el proceso de engordar?

Desde chiquito nos educan en la escuela de sofocar las emociones. Así vamos construyendo un edificio de nosotros mismos en donde el sótano está repleto de afectos postergados. Estas emociones, cuando no encuentran una vía de salida adecuada, vuelven como síntomas en el cuerpo, y uno de los posibles es la gordura. En ocasiones la grasa representa miedo, angustia, carencias, desvalorización, rabia... Lo importante de encontrar, en cada caso, es la naturaleza de la emoción que está en la base de la gordura que, al conocerla y poder modificar su funcionamiento, se está dando los pasos necesarios para una curación definitiva.

El mapa emocional de la obesidad

La comida es un equivalente de amor. Desde niños quedó fijada en nosotros una pauta psíquica: ser alimentados es igual a ser amados. De modo tal que, muchas veces, se recurre a la comida para llenar un vacío o una carencia de amor. Y como nunca la comida satisface la necesidad de amor, se sigue comiendo en la esperanza de llenar este hueco afectivo.
También, el exceso de equipaje corporal puede actuar como defensa contra la exposición a un mundo hostil, vulnerabilidad y temor a sufrir daño. En otras oportunidades, la gordura es consecuencia del shock que provoca una perdida, o el aferramiento a pautas mentales rígidas y estrechas, o una manifestación de angustia o de odio contenido. La depresión suele ser otro factor importante. Como se puede apreciar son muchas las causas que pueden estar dramatizadas en cada capa de grasa que nos engorda.

Hacia una comprensión más global

La obesidad se puede definir como un exceso de tejido adiposo. Este es el factor externo que vincula entre sí, la gran variedad de tipos de afecciones de la obesidad que están relacionadas muy estrechamente al centro hipotalámico de la regulación de la función lípida, que dispone de un número de medios de ejecución, particularmente neurovegetativos, hormonales y enzimáticos. Esta base orgánica va acompañada de un circuito emocional y de factores predisponentes genéticos y miasmáticos.
Todos estos elementos hay que tenerlos en cuenta en los pacientes obesos. Sin embargo, la obesidad es una adicción que se cura solo cuando desmantelamos las bases emocionales de esta habituación. Y cómo toda adicción el objeto adictivo ocupa el lugar de la falta de proyecto de vida.

¿Cómo desmantelar los circuitos emocionales patológicos?

Existen un número bastante importante de terapéuticas naturales que ayudan en este proceso, especialmente los remedios florales y los homeopáticos que apuntan al corazón del problema y, por lo tanto, a erradicar las causas reales de la gordura. Pero, hay que tener presente que, así como consumir no es sinónimo de ser adicto, ni oscilar ser bipolar, ni seducir ser histérico, ni ordenar ser obsesivo…. del mismo modo, disfrutar de hábitos alimenticios generosos no es lo mismo que ser obeso (un término que usamos coloquialmente para referirnos al adicto a la comida). Pero, hay un tema que la experiencia clínica demuestra. La obesidad es fruto de talentos que no desarrollamos, ocupa el lugar de disposiciones que reprimimos. Al mismo tiempo, no hay verdadera sanación de la obesidad sin la participación activa de la persona en su curación. Y un testimonio de esto es un cambio de vida que lo saque de la dependencia en la cual se encuentra sumido. Sin embargo, hay un tópico esencial: la obesidad escenifica memorias constelares familiares. Es parte del drama vincular en donde la persona nació y creció.
De modo que, todas estas cuestiones hay que tenerlas en cuenta. La dieta no alcanza. No se trata de cerrar la boca sino abrirla, no para meter comida sino para expresar los afectos que por haber sido sofocados gritan el cuerpo como obesidad.

Luz para todos

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